Dicen los expertos que la vuelta de vacaciones supone uno de los mayores esfuerzos de adaptación psicológica que requiere procesar un profesional. El denominado «sindrome postvacacional» puede provocar insomnio, apatía, irritabilidad, e incluso, en casos más extremos, depresión.
Por suerte hay una serie de pautas que pueden hacer que estos síntomas se minimicen e incluso desaparezcan. Bien aplicados pueden marcar la diferencia y hacer que asumas tu vuelta con ganas y nuevos retos que motiven el desempeño de tus funciones.
- Mantén una actitud positiva: Volver al trabajo no tiene por qué ser negativo. Piensa en todas las cosas que te gustan de tu día a día y que forman parte de tu entorno laboral.
- Organiza tu primer día: Haz una lista de tareas, visualiza el entorno, tu vuelta, lo que te vas a encontrar. Piensa que es lo primero que vas hacer. Todo esto evitará que tengas la sensación de estar perdido y desorientado.
- Tomate las cosas con calma: Debes ser consciente de que el ser humano no es un robot que pueda cambiar el chip de un momento para otro. Necesitaras unos días de adaptación para aclimatarte. Se consciente y no te presiones con pasar de cero a cien.
- Marca tus objetivos: A corto, medio y largo plazo. Tener una hoja de ruta realista que marque los pasos que tienes que ir dando ayudará a retomar el ritmo.
- Organiza tu tiempo libre: Sobre todo al principio. Planifica tus horas cuando salgas de trabajar para aprovecharlas en algo que te haga sentir feliz. Busca el equilibrio entre trabajo y ocio para que la adaptación sea paulatina y eficaz.
Pero no solo pues aplicar algunas de estas rutinas tras pasar los muros de la oficina. Hay algunas acciones muy sencillas para aplicar antes de que llegue ese temido momento que seguro marcan la diferencia:
- Evitar trasnochar: Sobre todo los días previos. Intentar aclimatar el horario de tu cuerpo de un día para otro es algo que muy pocas veces funciona. Si has pasado todas las vacaciones acostándote tarde y levantándote más tarde aún, ese momento en el que suene el despertador será un auténtico suplicio.
- Vuelve a la rutina: Volver a tus hábitos diarios hará mucho más fácil la transición ya que tu cuerpo se adecuará con mayor rapidez al día a día.
- Haz deporte: Todos los expertos lo recomiendan. Mantener el cuerpo activo ayuda positivamente a estar de mejor humor ya que el ejercicio está directamente conectado con tu estado de ánimo. ¡Sin duda una de las mejores formas de combatir el estrés!